jueves, 18 de noviembre de 2010

Moscú, la ciudad de las mujeres lindas

Extravagancia, lujo, diversión, arte y cultura es lo que le espera al viajero en la ciudad rusa

Si la pregunta es en dónde hay mujeres lindas en Europa, la respuesta indiscutible es Moscú.

Las hay por todas partes: en las oficinas, en el metro, en el centro comercial; las meseras, las recepcionistas, las guías turísticas: casi todas son espectaculares, a excepción de unas pocas que nacieron con mala suerte.

Para el que se muere por las mujeres de tez blanca con carita de muñeca, Moscú es la oportunidad de perderse en las delicias de la naturaleza humana por 48 horas y volverse un chico malo.

Moscú atesora parte importante de la historia del arte y de la humanidad y al mismo tiempo ofrece una cultura social activa, enmascarada en las rumbas y la elegancia, limosinas estacionadas en todas las esquinas, arandelas y ropas brillantes: un estilo muy ruso.

Moscú es un destino para jóvenes y viejos, pero especialmente para yuppies con una buena cuenta corriente.

La cita con una de las ciudades más caras del mundo empieza a través de los grandes ventanales del Café Ararat del Hotel Hyatt. Decorado con columnas de mármol y grabados de la cultura armenia antigua, es uno de los símbolos gastronómicos de la ciudad.

Basta con un desayuno armenio: una sopa de yogur llamada spas, acompañada de un khachapouri: un pan esponjoso relleno de queso fundido, para empezar el día con la cortesía que se merece este paisaje.

La primera salida debe ser sin duda a la Muralla del Kremlin, el conjunto de fortificaciones de ladrillo rojizo donde se pueden ver el Palacio Facetado, la Torre de Salvador y la residencia del presidente.

A unos cuantos pasos se llega a la plaza más famosa de Moscú: la Plaza Roja.

Pararse en su centro implica sentirse insignificante. Es como formar parte de una maqueta. Todo resulta impactante.

La arquitectura de lo que en su tiempo fueron simples edificios de madera, plaza de mercado y lugar de proclamaciones de zares, por obra y gracia del arquitecto Vladimir Osipovich, se convirtió en lugares emblemáticos como el Museo de Historia y de la Catedral de San Basilio, famosa por sus cúpulas de colores en forma encebollada.

La visita al museo es la que se lleva más tiempo. Para entender la explicación de las reliquias de las tribus prehistóricas y de la obras de arte, es mejor pagar por un guía o por audífonos, porque a los rusos no les gusta hablar en inglés.

Esta edificación de estilo barroco moscovita, de puntas blancas, como de pastillaje dulce sobre una torta de cumpleaños, fue fundada en 1872 por el zar Alejandro III y también sirvió como sede de La Principal Tienda de Medicina y de la Universidad Estatal.

Frente a él, vale la pena hacer una parada en el recuadro de cobre enclavado en el adoquín, punto central de Moscú, en el cual las personas piden un deseo y tiran una moneda por encima del hombro.

En realidad, no vale la pena perder el tiempo y el dinero entrando a la Catedral de San Basilio, a menos que sea un amante del arte religioso. Con ver desde afuera este lego de colores y formas geométricas resulta suficiente.

El GUM es uno de los centros comerciales más lujosos que existen, con la única excepción de que no tiene aire acondicionado y su estructura beige y techo de vidrio lo harán sentirse en una estación de tren del Reino Unido en la era victoriana.

Por eso no es un simple centro comercial, fue la oficina de Stalin y el mausoleo de su esposa Nadezhda.

Hoy reúne ostentosas tiendas con precios inasequibles y uno de los mejores secretos de Moscú: sus helados, por 76 rublos (30 pesos mexicanos) pude probar una de las maravillas de la ciudad.

De salida de la plaza, si no hay mucha fila, se puede hacer una corta visita al mausoleo de Lenin y a la tumba de Stalin.

El sitio para dejarse ver es el Café Gallery, uno de los lugares de Arkadiy Novikov, el rey de la escena restaurantera de Moscú, que se ha encargado de posicionarlo como uno de los más cool de la ciudad, entre fiestas glamorosas, DJ de moda y exposiciones de arte.

Bajo proyectores de cine y rodeado de un ambiente acogedor y moderno, se puede disfrutar de la cocina italiana, japonesa, francesa y rusa. Una ensalada de queso roquefort con alcachofa sale por 850 rublos (335 pesos mexicaonos) y unas costillas de cordero asadas en salsa de miel y mostaza con tomates verdes, por 950 rublos (375 pesos mexicanos).

La visita al convento de Novodevichy en el lago de los Cisnes es obligatoria y no precisamente para ver monjas en bikini, dicen que Chaikovski se inspiró en ese lago para crear su obra más famosa.

Vale la pena sentarse en el parque y ver la fortaleza que está intacta desde el siglo XVII y que sirvió como resguardo para las viudas de la realeza, aunque hoy sólo haya patos.

Cerca de allí queda el Complejo Deportivo Olímpico Luzhnikí, sede de los clubes deportivos de futbol de la ciudad.

Los amantes de este deporte pueden pisar el campo construido en 1956, donde se celebraron las ceremonias de apertura y de clausura de los Juegos Olímpicos de 1980 y se jugó la final de la UEFA Champions League entre el Manchester United y Chelsea, en el 2008.

En el mirador frente al estadio se puede aprovechar para comprar las matrioshkas, las típicas muñecas rusas huecas embarazadas de más muñequitas por dentro. La matrioshka con más unidades que se conoce tiene 75 y se pueden encontrar modelos de líderes soviéticos, futbolistas y personajes populares.

Una vez llega la noche, Pushkin es el café para probar platos tradicionales rusos, como las bolas de masa hervida y el kartoshka, un pastel dulce de papa. Pero la comida no es lo único. Este café tiene diferentes salones, como "La Librería", un estudio victoriano de un viejo filósofo, decorado con ediciones del siglo XVII; "La farmacia", de un aristócrata alemán del siglo XIX que conserva teléfonos, teteras y un sinnúmero de curiosidades; puede sentarse en el de "la Terraza de verano" o en el "Salón de la chimenea", cada uno con un estilo único.

Las atracciones de la noche continúan con una presentación del Viejo Circo de Moscú en el Bulevar Tsvetnoy, por 2 mil 500 rublos (987 pesos mexicanos) la entrada más cara, o 400 (157 pesos), la más barata, es posible acercarse más a la cultura de esta ciudad.

El circo está ubicado desde 1880 en un edificio con todas las adaptaciones necesarias para brindar un espectáculo profesional y divertido. Imposible irse de Moscú sin ver a los fabulosos acróbatas, al hombre más fuerte del mundo y a la chica de los hula hula, a los habilidosos perros y focas, y el espectáculo final, ocho tigres al mando de una ruda pareja.

Para terminar la noche con broche de oro, los clubes nocturnos compiten en la lista de los mejores de Europa.

Entre ellos, RAI, que lo dejará anonadado por su tendencia euro-chic y sus extravagancias, además de mujeres listas a pasarla bien. Puede caer en una noche que esté tocando Eric Morillo, Bob Sinclar o David Guetta, además de presenciar presentaciones de bailarines profesionales y espectáculos de circo con coreógrafos del Cirque du Soleil.

Después de una noche desequilibrada vale la pena desayunar en Grably, un restaurante vegetariano que hace alusión a un bosque colorido por sus enredaderas internas y luces artificiales, jugos, frutas y quesos, con estaciones repletas de postres y pasteles. Autoservicio, por 300 rublos (118 pesos mexicanos).

Antes de hacer una parada en el Museo de Arte Moderno, donde se pueden ver obras de Picasso, Fernand Léger, Miró, Giorgio De Chirico y Dalí, entre otros, hay que navegar por el río Moscova para tener una perspectiva diferente de la ciudad. En sus orillas reposa el Hotel Ukraina, el más grande y alto de Europa con 206 metros de altura, levantado entre 1949 y 1957 como uno de los siete rascacielos del estalinismo.

Y justo allí, después de casi 48 horas, sentado frente al ventanal de uno de sus lujosos restaurantes, con una mirada a un paisaje de edificios renacentistas y barrocos, mezclados con arquitectura moderna y un vodka Stolichnaya en mano, será la despedida a esta ciudad, con el compromiso de volver pronto. ¡Salud, mi querida Moscú!


Fuente: eluniversal.com

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