La Policía en Gran Bretaña detuvo ayer a Julian Assange al ejecutar una orden de aprehensión sueca, emitida en relación con presuntos delitos sexuales, en lo que es el giro más reciente en el drama en torno a WikiLeaks, el organismo que está en contra de los secretos, y su fundador asediado.
Sin embargo, sus asociados dijeron que su detención no alteraría los planes para presentar más revelaciones, como las que ha hecho en los últimos meses, relacionadas con las guerras en Afganistán e Iraq, y, en los últimos nueve días, que ha dado a conocer mensajes diplomáticos confidenciales entre el Departamento de Estado y representantes estadounidenses fuera de Estados Unidos.
“Las acciones de hoy en contra de nuestro editor en jefe, Julian Assange, no afectarán a nuestro trabajo: Daremos a conocer más cables esta noche, como siempre”, dice un mensaje en la cuenta de WikiLeaks en Twitter.
El tono desafiante pareció trazar líneas mucho más claras de parte de los partidarios de Assange que lo consideran un cruzado, así como de los enemigos, incluido el Gobierno de Obama, el cual está furioso por las revelaciones de material delicado cuya publicación, dicen sus críticos, podría amenazar intereses de seguridad, alianzas y vidas estadounidenses.
Fuente: frontera.info
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