De acuerdo con la información publicada por el diario ABC, el doctor Daniel Baker, experto en clima espacial y miembro de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos, afirma que una tormenta de plasma como la mencionada anteriormente es difícil que llegue al planeta, pero no imposible.
La estructura misma de la estrella es la causante de que este fenómeno pudiera presentarse en dos años. Las explosiones que ocurren en la superficie solar emanan partículas de plasma en forma de viento solar hacia el espacio exterior, esa misma brisa es capaz de acumular toneladas de plasma y enviarlas a grandes distancias, si una de esas ráfagas alcanzara el campo magnético de la Tierra, las consecuencias serían catastróficas.
Es importante señalar que las redes eléctricas de la Tierra no están diseñadas para resistir una descarga energética tan poderosa, por lo que se verían afectados los sectores de la industria del transporte, medios de comunicación, abasto de alimentos y agua.
El único antecedente de un acontecimiento como este es el evento Carrington, ocurrido en septiembre de 1859, el cual es señalado como la mayor tormenta solar medida por el hombre. Los científicos como el físico Paul Kintner de la Universidad de Cornell, mencionan que una ola del tamaño del citado evento tendría consecuencias diez veces peores que el huracán Katrina.
El escenario, sin embargo, no es tan catastrófico. El informe menciona que el satélite ACE, puesto en órbita en 1997 y que vigila constantemente al sol, podría avisar de una tormenta de este tipo 45 minutos antes que ésta alcanzara al planeta, lo cual permitiría proteger las instalaciones eléctricas.
Fuente: de10.mx
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