La sociedad astronómica Urania descubrió que las conjunciones de Venus, la luna, Júpiter y Saturno entre 1722 y 1723 son el fundamento del "milagro" de la aparición del señor de Tula o Cristo negro en la población de Jojutla.
Los astrónomos morelenses estudiaron crónicas de esos años en las que se narran las fechas precisas sobre la "aparición y desaparición" milagrosa del llamado señor de Tula y recurriendo a programas informáticos de simulación del cielo demostraron que en los días señalados en los textos ocurrieron una serie de conjunciones celestes que debieron de provocar temor y admiración entre quienes las observaron.
La leyenda del Señor de Tula narra la historia de un leñador que trabajando en el campo descubre el 14 de septiembre de 1723 la imagen en madera del señor de Tula, la que luego de ser trasladada a la capilla local, "reaparece" hasta en cuatro ocasiones en el mismo sitio.
La historia dice que broto sangre de un árbol, lo que es interpretado como una referencia a un eclipse total de luna ocurrido poco antes de la aparición milagrosa el 28 de junio, ya que en este tipo de eclipses la luna en ocasiones adquiere un intenso color rojizo.
Mediante un programa informático de simulación del cielo, la sociedad astronómica descubrió que justo en esa fecha una espectacular agrupación o conjunción planetaria fue visible desde este lugar, en donde Venus, la luna, Júpiter y Saturno ocupaban la misma zona del cielo hacia el oeste, visibles de manera espectacular poco después de la puesta del Sol, astros que coinciden con el numero de desapariciones.
Vuelto a conducir a la capilla de la hacienda volvió a perderse por segunda vez y encontrarse en el mismo sitio de su aparición y lo mismo sucedió por tercera y cuarta vez.
EXPLICACIÓN CIENTÍFICA
La alineación era un preámbulo a una muy rara cuádruple conjunción que se produciría meses adelante, entre planetas con un gran simbolismo astrológico en aquella época, tanto para los habitantes indígenas de la zona, como para los colonos europeos y órdenes religiosas que controlaban políticamente esa zona.
La conjunciones entre Júpiter y Saturno se producen aproximadamente cada 20 años, por lo que el simbolismo que encerraban en el siglo XVIII, era muy fuerte y fue aprovechado a decir de la sociedad astronómica por los monjes dominicos asentados en la Iglesia de Santo Domingo de Guzmán en Tlaquiltenango para evangelizar los pueblos de la zona.
Originalmente según se desprende de las crónicas, se quiso dejarlo en el actual municipio morelense de Amacuzac.
La cuádruple conjunción del 14 de septiembre no fue suficiente para que la figura sagrada del señor de Tula se quedara en el lugar de su aparición y fue de nuevo trasladado en solemne procesión a Tlaquiltenango en medio de otra espectacular cuádruple conjunción entre Júpiter, Saturno, Marte y Mercurio, poco antes del amanecer del primero de enero de 1723. En esta se produciría el máximo acercamiento de Júpiter y Saturno, que no ocurriría de nuevo sino después de más de dos décadas.
Ahí se mantuvo según la leyenda hasta el 26 de marzo de ese mismo año, cuando vuelve a desaparecer, coincidiendo de nuevo con la alineación de Mercurio, Marte, Venus, Júpiter, Saturno y la luna al amanecer , apareciendo ahora en la villa de Jojutla.
El 4 de Julio, solo algunos meses después vuelve a desaparecer, al tiempo que se produce la oposición de Júpiter y Saturno ambos en conjunción y con su mayor brillo en el cielo, presentes durante toda la noche una vez ocultado el sol.
La ultima desaparición del Señor de Tula se da en los primeros días de septiembre , fechas en las que la luna se acerca consecutivamente a Júpiter y Saturno , en particular el día 8 de septiembre en una espectacular conjunción.
Al final deciden trasladar la imagen del Señor de Tula el 14 de septiembre de 1723 en una solemne procesión acompañada de danzas y cantos hacia la capilla de nuestra señora de Guadalupe en Jojutla antes del amanecer, justo cuando la luna alcanzaba la fase de plenilunio en su ocaso y el planeta Venus aparecía hacia el este poco antes de la salida del Sol.
Para la sociedad astronómica Urania esta procesión puDo representar el desfile de los planetas, la luna y el Sol en el cielo, si bien todo interpretado desde el punto de vista cristiano, en una época en que hablar de astrología estaba prohibido por la inquisición.
De esta forma, la orden de Dominicos que operaba en esta zona de Morelos, con conocimientos astronómicos pudo utilizar esta serie de eventos celestes para evangelizar a la comunidad indígena que habitaba en la antigua Jojutla.
Hoy en día y gracias a programas informáticos muy accesibles, es posible realizar descubrimientos en antiguas crónicas que narran sin que los sospechemos, olvidados fenómenos celestes, señala la agrupación astronómica. La feria del señor de Tula se celebra cada 1 de enero en Jojutla, señala la agrupación, como un recordatorio de una serie de eventos celestes que dieron origen a la festividad más importante de esta región.
Fuente: frontera.info
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