Los planetas rocosos y con agua, similares a la Tierra, son comunes en la Vía Láctea, concluyeron astrónomos de la Universidad de Leicester, en el Reino Unido.
Luego de investigar restos de estrellas que alguna vez fueron como el Sol, Jay Farihi, director de la investigación descubrió que sus atmósferas puras de hidrógeno o helio muestran restos de metales contaminantes externos, como calcio, magnesio y hierro.
Si bien se creía que estos elementos se encontraban por el medio interestelar plagado de un tenue gas entre las estrellas, al examinar las posiciones, movimientos y espectros, concluyeron que era "casi seguro que en la mayoría de los casos, los metales son restos planetarios rocosos, incluso de agua", informó en su página de Internet el diario español ABC.
"Si el agua interior está presente en una fracción sustancial de asteroides alrededor de otras estrellas, como los que contaminan las enanas blancas, es concebible que al menos la vida simple pueda ser común en toda la galaxia", afirmaron los investigadores.
De 3% a 20% de todas las enanas blancas están contaminados de esta manera, con los restos de planetas rocosos menores, con una masa total de alrededor de un diámetro de un asteroide de 140 kilómetros.
Los científicos concluyeron que una proporción similar de estrellas como nuestro Sol, así como las estrellas que son un poco más masivas, como Vega y Fomalhaut, construyen sistemas planetarios terrestres.
Las enanas blancas son el punto final de la evolución estelar para más de 90% de todas las estrellas de la Vía Láctea, incluyendo el Sol.
Fuente: frontera.info
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