Apenas tienen 13 y 14 años de edad y dicen ser de La Familia. Al interior de la secundaria formaron un grupo de 20 jóvenes que se adueñaron de los pasillos, los patios, los baños y la seguridad de la escuela a cambio de una “cuota” de uno a siete pesos por día; primero extorsionaron a maestros y luego a estudiantes.
Al principio parecía un juego, pero la situación se tornó peor, admite una de las maestras de esta escuela de Ciudad Juárez, Chihuahua. “Han aprendido lo que ven en sus casas y en las calles, pues son hijos de sicarios o familiares de encarcelados por narcomenudeo”.
Esto es apenas una muestra del fenómeno que está ocurriendo en 70 de las 120 secundarias de esta zona, alerta Rafael Hernández, presidente del Consejo Nacional de Alianzas Educativas.
Además de la extorsión, venta de drogas y violencia, también ocurre el consumo de alcohol y la participación de las niñas en redes de prostitución infantil o trata de personas, asegura. En el último año, alrededor de 10% de niños abandonaron las escuelas por estas causas.
La UNICEF establece que en México, siete de cada 100 alumnos no se inscriben al siguiente ciclo escolar, debido a la pobreza o a la violencia.
En tanto, maestros relatan que los alumnos “líderes” confiesan que trabajan para el narco: “Nos dicen que les dan entre 500 y 700 pesos a diario, por un ratito, en las tardes. Van a una casa o un automóvil de la zona a dejar un paquete y ahí mismo les pagan”.
Fuente: frontera.info
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